No quiero presumir pero...

Esto le trajo SANTA CLOS a mi novio, sin el dinero, originalmente venían dulces pero hice una demostración de su uso como guardacositas con billetes.

La entrada para mi entrevista...

Veo un cielo azul, azul que se une con la tierra en el horizonte, regresa en forma de tranquilas olas sin espuma que chocan al encontrar la arena. Los niños entran y salen de este líquido cielo y toman un poco de él en sus cubetas. Una niña de aproximadamente cinco años, se sienta en el borde del planeta y el infinito turquesa. Las olas juegan con ella, la empujan, la tiran, ella ríe; da manotazos como si intentara parar al mar para evitar que le haga cosquillas. Lindo día para dejar la fría ciudad en noviembre, huir al pequeño paraíso de Casitas, Veracruz.

A causa de usar diariamente pantalón, parece que tengo dos patas de pollo en lugar de piernas: níveas, sin un grado de sensualidad, comparadas con la piel achocolatada de las  veracruzanas. Comienzo a observar a las dos únicas familias en Casitas, siento la dura arena del Golfo bajo mis piernas que intento broncear. 

Recorro la playa con la vista de izquierda a derecha y me encuentro a un hombre de cabello chino y grisáceo, con frente amplia, mirada escrutadora; la boca bien apretada, como para que no se le escapen las ideas. Él, mide alrededor de 1.67 metros, era robusto; usa una camiseta blanca holgada, una bermuda kaki y sandalias negras de plástico. Se encuentra como a dos metros de distancia de mí. Recolecta cosas de la arena y las acomoda cautelosamente...

Sergio en el Centro

Sacó a pasear a "la vieja confiable".