viernes, 16 de julio de 2010
Día UNO
El gran día uno de la exploración del siglo. La gran historiadora y antropóloga mexicana, llamada Thalía López Green, llegó a La Venta, Tabasco y por ahora tiene estancia en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Éstas son sus memorias:
Día uno punto y guión.
Por fin podía cumplir uno de mis más grandes sueños, de poder apreciar la inmensidad de una cabeza olmeca real. Desde pequeña tuve esa ilusión, con tan solo ver las imágenes en mi primer libro de Historia de México. Y para mi sorpresa, descubrí que aquellas grandes esculturas localizadas en La Venta... son copias!
Se llevaron las originales a otras partes de Tabasco. Estan en unos tristes museos, según para conservarlos. ¡Tonterías!
Algo en el mundo disfruta verme caer, pero ya vendrá mi venganza.
Como sea, originales o copias, disfruté del paseo. Muy caluroso , por cierto. Pero adecuado para tomar fotos besando a las copias xD. Luego las subiré.
Después caí rendida en mi coche. Dormí por una eterna hora.
La mejor sorpresa que me llevé cuando desperté, fue que me encontré en el fabuloso estado de Chiapas. Lo amé en el momento de verlo.
Tiene muchos árboles, muchas chozas, colinas chistosas... y chozas en la punta de las colinas chistosas. También hay lagos enormes, ríos que parecen limpios, y largos puentes. Además, de que es tan verde.
Sí, disfruté mucho el camino hacia Tuxtla Gutiérrez. Donde encontré un buen lugar para dormir, con una alberca en forma de lentes y que no cuenta con elevador; así que éste mes ejercitaré mis piernas al máximo.
Sólo que aquí la gente es rara. Porque hay un calor terrible, y todas las mujeres visten pantalones de mezclilla y camisas, blusas, lo que sea de manga corta y larga. Pocas chicas andan de acuerdo al clima, pero bueno. Algo deben de tener en sus genes sureños, que hace que soporten éste calor. Además de que parece que los malditos mosquitos, jamás los pican. Y yo ya tengo seis ronchitas en mis piernas):
Es todo por hoy. Pero aún me esperan más cosas por vivir (creo).
Día uno punto y guión.
Por fin podía cumplir uno de mis más grandes sueños, de poder apreciar la inmensidad de una cabeza olmeca real. Desde pequeña tuve esa ilusión, con tan solo ver las imágenes en mi primer libro de Historia de México. Y para mi sorpresa, descubrí que aquellas grandes esculturas localizadas en La Venta... son copias!
Se llevaron las originales a otras partes de Tabasco. Estan en unos tristes museos, según para conservarlos. ¡Tonterías!
Algo en el mundo disfruta verme caer, pero ya vendrá mi venganza.
Como sea, originales o copias, disfruté del paseo. Muy caluroso , por cierto. Pero adecuado para tomar fotos besando a las copias xD. Luego las subiré.
Después caí rendida en mi coche. Dormí por una eterna hora.
La mejor sorpresa que me llevé cuando desperté, fue que me encontré en el fabuloso estado de Chiapas. Lo amé en el momento de verlo.
Tiene muchos árboles, muchas chozas, colinas chistosas... y chozas en la punta de las colinas chistosas. También hay lagos enormes, ríos que parecen limpios, y largos puentes. Además, de que es tan verde.
Sí, disfruté mucho el camino hacia Tuxtla Gutiérrez. Donde encontré un buen lugar para dormir, con una alberca en forma de lentes y que no cuenta con elevador; así que éste mes ejercitaré mis piernas al máximo.
Sólo que aquí la gente es rara. Porque hay un calor terrible, y todas las mujeres visten pantalones de mezclilla y camisas, blusas, lo que sea de manga corta y larga. Pocas chicas andan de acuerdo al clima, pero bueno. Algo deben de tener en sus genes sureños, que hace que soporten éste calor. Además de que parece que los malditos mosquitos, jamás los pican. Y yo ya tengo seis ronchitas en mis piernas):
Es todo por hoy. Pero aún me esperan más cosas por vivir (creo).
jueves, 15 de julio de 2010
Qué te puedo decir?
Perdóname. Debí obedecer esa voz cuando me preguntaste si estaba segura, y haber dicho: NO. YO TE AMO! TE AMO TE AMO TE AMO TE AMOOO TE AMOOOOOOOOO.
martes, 13 de julio de 2010
Hang
Entonces volví a soñar esa avenida, esas plantas y esas personas. Solo que esta vez, un ambiente de color verde me rodeaba. Caminé, como siempre escuchando esa música.
El metro tenia unas rejas doradas adornadas preciosamente, y adelante estaba la calle convertida en un gran escenario, en un teatro griego.
Habia gente mirando hacia abajo. Espaldas, ropa, cabello, que pude reconocer. Me dió miedo. Mis piernas pesadas, no me dajaban caminar. Tuve que agarrarme de las rejas para poder impulsar mis piernas y seguir mi camino. Siempre con la cabeza hacia el frente, pero mirando a todas partes con movimientos rápidos.
Creo que pude reconocer a alguien en especial, solo que preferí pasar en silencio y no hacer nada más. Quería que me viera, pero también quería que me ignorara. En cambio me tocó. Con su largo brazo, logró alcanzarme y tocó mi barriga. Volteé despacio y sonreí tímidamente. Él también sonrió, al mismo tiempo que cerraba sus ojos y emitía aquel peculiar sonidito tan suyo, como un leve gemido, como pujando para que salga más felicidad de su boca.
Solo con su mano pudo quitar esa especie de cadenas que me hacían tan lenta, y pude acercarme ágilmente a él. Tenía puesto un suéter azul de cuello en V, que le quedaba un poco grande; pero se veía tan bien.
Me saludó y me rodeó con sus brazos. También lo abracé, y presioné mi cara y mi cuerpo contra el suyo. No tuvimos que decirnos mucho, para sentir aún esa calidez con la que siempre me recibía.
Luego empezó una conferencia, y entre las pocas preguntas que le hice descubrí que estaba estudiando Q.F.B. Fué extraño, porque nunca lo mencionó y me pareció que iba en contra de su naturaleza, más libre. Hubo un largo silencio, pero lo disfruté a su lado; hasta que unas gordas empezaron a molestarme. Su presencia y sus risas estúpidas, tratandome de tomar una foto; me dieron asco.
Tuve que decirle que ya me iba. Me acompañó hasta la entrada del metro, porque debía volver. Nos quedamos de frente mirándonos, preguntándonos qué haríamos ahora. Seguíamos sin decir algo. Solo podía implorarle con los ojos que no se fuera, que se quedara y me abrazara de nuevo; que quería estar con él. Él solo podía mirarme fijamente, implorando que comprendiera, que tal vez nunca lo volvería a ver aunque también quisiera estar conmigo. Ambos observándonos, descifrando las palabras en los ojos; reflejándonos el uno al otro.
Sabíamos que queríamos estar juntos. Esperamos a que alguien dijera algo, pero ninguno de los dos lo hizo.
El metro tenia unas rejas doradas adornadas preciosamente, y adelante estaba la calle convertida en un gran escenario, en un teatro griego.
Habia gente mirando hacia abajo. Espaldas, ropa, cabello, que pude reconocer. Me dió miedo. Mis piernas pesadas, no me dajaban caminar. Tuve que agarrarme de las rejas para poder impulsar mis piernas y seguir mi camino. Siempre con la cabeza hacia el frente, pero mirando a todas partes con movimientos rápidos.
Creo que pude reconocer a alguien en especial, solo que preferí pasar en silencio y no hacer nada más. Quería que me viera, pero también quería que me ignorara. En cambio me tocó. Con su largo brazo, logró alcanzarme y tocó mi barriga. Volteé despacio y sonreí tímidamente. Él también sonrió, al mismo tiempo que cerraba sus ojos y emitía aquel peculiar sonidito tan suyo, como un leve gemido, como pujando para que salga más felicidad de su boca.
Solo con su mano pudo quitar esa especie de cadenas que me hacían tan lenta, y pude acercarme ágilmente a él. Tenía puesto un suéter azul de cuello en V, que le quedaba un poco grande; pero se veía tan bien.
Me saludó y me rodeó con sus brazos. También lo abracé, y presioné mi cara y mi cuerpo contra el suyo. No tuvimos que decirnos mucho, para sentir aún esa calidez con la que siempre me recibía.
Luego empezó una conferencia, y entre las pocas preguntas que le hice descubrí que estaba estudiando Q.F.B. Fué extraño, porque nunca lo mencionó y me pareció que iba en contra de su naturaleza, más libre. Hubo un largo silencio, pero lo disfruté a su lado; hasta que unas gordas empezaron a molestarme. Su presencia y sus risas estúpidas, tratandome de tomar una foto; me dieron asco.
Tuve que decirle que ya me iba. Me acompañó hasta la entrada del metro, porque debía volver. Nos quedamos de frente mirándonos, preguntándonos qué haríamos ahora. Seguíamos sin decir algo. Solo podía implorarle con los ojos que no se fuera, que se quedara y me abrazara de nuevo; que quería estar con él. Él solo podía mirarme fijamente, implorando que comprendiera, que tal vez nunca lo volvería a ver aunque también quisiera estar conmigo. Ambos observándonos, descifrando las palabras en los ojos; reflejándonos el uno al otro.
Sabíamos que queríamos estar juntos. Esperamos a que alguien dijera algo, pero ninguno de los dos lo hizo.
lunes, 12 de julio de 2010
sueños
Hay canciones que automáticamente se reproducen dentro de mi mente cuando algo me ocurre.Ésta es una de ellas:
Mis sueños son el tormento perfecto que acompaña mi vida. Al igual que con el horóscopo, pienso que los sueños tienen muchas cosas qué decirme y son una de las causas de mis locas ideas. Aunque también llegan a confundirme, crean conflictos internos y a veces detesto eso.
Hace poco, por no decir que ayer(: tuve un gran sueño.
martes, 6 de julio de 2010
Boots♥
Mis nuevos zapatitos:DD que adoré desde el primer momento en que las vi.
Acá en pose de Trivilín, o yo qué sé:
Love and Caring
¿Cuántas veces te puedes enamorar?
Una y otra vez me he enamorado. Recuerdo una de ellas, tal vez la primera en que auténticamente sentí el dolor y sufrí el encanto.
La primera vez que disfrute la más mínima provocación y elevó mis pensamientos al más grande anhelo. Cuando sientes que al fin podrás presenciar un sueño cumplido. Cuando no puedes dejar de tocar a esa persona con la mirada, con la piel, con las palabras, con el viento...
Y luego lloras; la primer decepción. Lloras por tí, por no ser lo que el otro realmente quería. Cuando descubres que esa nube, en realidad era un engaño y se convierte entonces en el abismo que siempre fue.
Triste, esa vez fuiste tan triste. Él fue ese triste evento que desató la gran tormenta que se encarcelaba en mi.
¿Cuántas veces te puedes enamorar?
¿Cuántas veces te puedes resquebrajar?
¿Cuántas veces más seguirá él ahí?
Una y otra vez me he enamorado. Recuerdo una de ellas, tal vez la primera en que auténticamente sentí el dolor y sufrí el encanto.
La primera vez que disfrute la más mínima provocación y elevó mis pensamientos al más grande anhelo. Cuando sientes que al fin podrás presenciar un sueño cumplido. Cuando no puedes dejar de tocar a esa persona con la mirada, con la piel, con las palabras, con el viento...
Y luego lloras; la primer decepción. Lloras por tí, por no ser lo que el otro realmente quería. Cuando descubres que esa nube, en realidad era un engaño y se convierte entonces en el abismo que siempre fue.
Triste, esa vez fuiste tan triste. Él fue ese triste evento que desató la gran tormenta que se encarcelaba en mi.
¿Cuántas veces te puedes enamorar?
¿Cuántas veces te puedes resquebrajar?
¿Cuántas veces más seguirá él ahí?
veloz pensamiento
Eran las 11:11 p.m. La hora mágica y no sabía qué desear.
Lo único que hize fue apretar el botón >>repetir<<, para volver a escuchar esa canción que revela mis secretos.
¿Qué puedo desear? Solamente, seguir de frente.
Pronto. Quiero ir pronto por un café...
Lo único que hize fue apretar el botón >>repetir<<, para volver a escuchar esa canción que revela mis secretos.
¿Qué puedo desear? Solamente, seguir de frente.
Pronto. Quiero ir pronto por un café...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)