Extraño algo. Y las circunstancias acaban de hacerme recordar esos momentos.
Qué difícil es vivir sin una tierna caricia. Tormentosa locura que arrastra a un abismo sin fin, en la búsqueda de esa extraña corriente que inyecta aire nuevo en los pulmones; que con un suspiro levanta el vuelo.
Engañosas trampas que nos hacen caer a muerte o inocentes alas sospechosas que te llevan al fuego.
Ya no quiero buscar, encuéntrame tú y llévame de la mano, un poco más a salvo. En tierra firme, sorteando obstáculos, pero que sea a tu lado.
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