Querido Santa:
Quiero contarte una vieja historia. Cuando yo era pequeño como hace 48 años, quería viajar al espacio y pedí una nave espacial. De aqui al más allá quería viajar y tenia en el cabello piojos.
En la tienda de mi papá tomé cerveza bien fría de marca Carta Blanca, y sí me gustó. Después un cigarro de marca Raleigh.
Después me subí al mostrador, bailé como bobo mascando chocolates y cacahuates japoneses a la vez. El fantasma de la tienda no me asustó. Cuando me salí ví un pirulí bailando en el baño. Después de eso me salí de abajo de la cama.
Y me fui corriendo porque me estaba siguiendo un cura con cara de dinosaurio. Cuando me alcanzó le pateé la jeta.
Después de eso en el comedor salían unos brazos de monstruo peludo y me querían atrapar. Les prendí el brazo con cerillos Caterita que me robé de su tienda. Y me podia tomar todas las chelas y cigarros que habian ahí.
Santa: también chelas
Santa: 10,000 baros
Y un taco añejo.
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