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miércoles, 11 de enero de 2012

¿Te puedo escribir por última vez?

(escrito en 2009)

Aunque mentiría si te digo que realmente es la última. Porque no sé, quizá habrá otro momento en que surja de nuevo una idea similar.




Lieben am ersten Blick.


Amor a primera vista. O al menos, creo que así se escribe. Amor a primera vista fue lo que sentí.


En realidad, un gusto a primera vista, fue lo que viví. Porque la primera vez que apareciste en mi vida fue durante una clase o examen de historia. En uno de los salones del edificio D. Creo que era el D5. Por la ventana podía ver los últimos salones del E.


Afuera un día nublado. Adentro, la luz amarilla reinaba en el pizarrón, en los rostros, en las hojas blancas donde escribía mis respuestas. Alguien entró. No puedo decir que la primer persona que atravesó la puerta me agradaba demasiado, pero luego apareciste tú. Y me quedé viendo fijamente, a esa persona tan chistosa y a la vez sombría que se aparecía por vez primera ante mis ojos. Pensé en quién serías, por qué estabas con ella, si te gustaba y no quería que te fueras; quería escuchar más de ti, pero te fuiste.


Eso pasó en el último mes de mi primer año de prepa. En uno de los últimos salones del edificio D.




Luego, por muy idiota que suene, te encontré de nuevo gracias a las bondades del internet. Vi un nombre, entonces podía recordarte con tan sólo deletrear mentalmente ...Julian. ¿Yúlian o Julián? O tan solo un nickname más...no lo sabía.


Pocos días después me dije a mi misma: "¡Ah! No seas boba Thalía, solo fue un gusto y ya, como todos los demás. No trascenderá, no pasará más allá de ser ese chico que se cruzará un par de veces más en tu camino. Un chico que al ver, podrás escribir en una nube dentro de tu cabeza JULIAN, y no descubrirás cómo pronunciarlo."




Desgracia. Me conformé con esa idea todas las vacaciones. Pasaron los días, y no recuerdo exactamente lo que hice todas esas semanas, pero estoy segura que no me atormenté demasiado pensando en ti.






Un evento muy simpático ocurrió el día que supe el salón donde me asignaron, y que me molestó porque yo no lo quería. Me habían alejado de todos mis amigos. Estaba sola.


Entré a un salón del edificio C. Era uno de los primeros salones, fui la primera en llegar y esperé. Esperé a ver qué clase de personas estarían conmigo. Conocí a una chica emo, platiqué con ella y otras dos compañeras del 416, mi anterior grupo. Nos cambiaron de salón. A uno al final del mismo edificio.


No recuerdo si vi cuando entraste. Pero recuerdo que sentía tu presencia. En ese momento no sabía si realmente se trataba de ti, del misterioso Julian.


Solo sé que podía sentir tu cuerpo sentado en medio de dos amigos, detrás de mi, pegado a la pared.


No volteaba a verte, pero era como si de repente mi cuerpo se hubiese vuelto transparente y mis ojos pudiesen ver todo el salón, pero solo se enfocaban en ti. Ya no quería seguir imaginando cosas que quizá no sucedieron; pero no podía , porque también presentía tu mirada. Pensé que me mirabas fijamente, soñé que en ese momento te enamorabas de mi, y que si no te enamoraste, al menos sí creías que era bonita.


Fueron momentos de un dulce horror, porque eras el centro de mi atención. Yo hablaba sin parar y fingía escuchar con atención. Cuando la verdad, estaba pensando en ti; que me gustabas y quería conocerte.




Uno por uno, iban pasando todos con una secretaria para que se inscribieran. Luego fue mi turno. Me paré y no te miré. Caminé dignamente, como siempre, erguida y con el rostro alzado.Entregué mis papeles y volví con la chica emo. Nunca volteé a verte.Dije unas cuantas palabras, pero luego ya no pude más, estaba a punto de perder la razón y salí. Huí como la mayoría de las veces reacciono ante situaciones que podría, pero no sé controlar. Huí...después de todo te volvería a ver.

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