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lunes, 22 de febrero de 2010

qué más puedo perder?

No sé qué pensar. No sé qué hacer con mi vida. Nada está bien, todo está mal.
Estoy confundida, necesito un resplandor. Un destello que me ayude a descifrar este sentimiento. Te miro, miro a la gente, miro los árboles, no encuentro una respuesta. Trato de dialogar con mi interior, pero no recibo señal alguna!
Escucho mis sueños, te toco en ellos, y todo parece estar más claro. De pronto despierto, siento el cosquilleo en mi pecho, sonrío. Solo cuando duermo todo esta bien, todo esta bien.
El problema esta afuera. Cuando intento enfrentar al mundo, cuando no estas a mi lado, cuando no comprendo mi entorno. No entiendo a la gente, no entiendo por qué pasan las cosas, no me entiendo.
CONFIANZA. Éso es lo que me hace falta -o al menos, creo que asi es- y solo cuando regresas en esas noches, solo entonces la recupero y me siento tan bien.
Despierto, no estás. Llevas en tu espalda, en tus ojos, en tus manos, en tus brazos; en todas partes llevas ese algo que necesito. Quiero recuperarlo. Devuélvelo. ¿O acaso crees que te pertenece?
Qué digo. Yo sé que sí, efectivamente, te pertenece. Aunque... no estoy segura si querrás dármelo de nuevo...

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